miércoles, 23 de julio de 2014

El veranito...


Es verano, no vuelan los coches, ni podemos ir de excursión a Marte, ni engullimos pastillas que sustituyen una comida, pero estamos en el 2014. Cada vez que escribo el año en el que vivimos visualizo gente con monos plateados, tomando Soma y engendrados en una aséptica probeta. No, nada de eso…parece mentira que no sólo sea frustrante el imaginar lo que la ciencia ficción exageraba, sino que para colmo de males, la realidad es mas bien todo lo contrario.   
El Cádiz del 2014 me sigue provocando el mismo hastío en este periodo del año que hasta el momento mismo que alcanzo a recordar, de eso hace ya un cuarto de siglo. Creo que puede considerarse ese punto en el que comenzó lo que realmente recuerdo como verano; un bucle de situaciones que se repiten cada año, con pocas variaciones si sólo tenemos en cuenta factores externos.
Los que vienen de paso creen que el verano en una ciudad como Cádiz es la panacea de la felicidad estival, Punta Cana, con más fresquito y más barata. Se podría concursar en el premio Guiness atendiendo a las veces que se escucha por la playa eso de  “No hace falta ir al Caribe teniendo esto…”. Yo, la verdad, cuando lo oigo pienso, “no, ni al Ganges, si vas a bañarte en Domingo…” Esa experiencia es realmente sobrecogedora. Una muchedumbre de gente, objetos y víveres van formando desde muy temprano una argamasa difícil de eliminar al día siguiente. A pesar de poseer un ancho relativamente considerable de playa, si la comparamos por ejemplo con la costa levantina, aunque cierto es que cada vez hay menos arena para tanto colesterol, y mas aun si tenemos en consideración que no se repone la misma en su totalidad desde el año 91. Ahh, ¡que tiempos aquellos cuando había que hacer una excursión para ir a la orilla!...
Ahora los que buscan relajarse el domingo, más vale que opten por un Spa, o por lo que hace la mayoría que posee medios motorizados: alejarse lo más posible rumbo a otras playas de la costa gaditana donde aún puede disfrutarse del silencio de una siesta, sin tener que enterarse de las tragicomedias de algún vecino, o zambullirse sin tener que esquivar objetos de higiene íntima femenina, o saltar una sospechosa espumita blanquecino-amarillenta, a modo de muro que se forma en la orilla, o compartir olas en ocasiones especiales con algún animalillo con bigotes flotando en paz.
Todo es relajación y salud, sin duda, de ahí que los programas fresquitos de nuestra magnífica oferta televisiva andaluza, recomienden continuamente nuestra playita, que a la vez, por su imposible aparcamiento, contribuye al ejercicio diario de todo aquel que se atreva a cargar con el vehículo.
Pero realmente diversión llega cuando cae la noche frente al mar…bueno, lo que podemos entender como noche. Noche hay en invierno, es cierto, en verano desde hace algo más de una década, digamos que tenemos un sucedáneo. Gracias a una ingeniosa iniciativa de las mentes mas privilegiadas, ahora el lugar por donde la marabunta ruge, es decir, el paseo marítimo, es un marco casi tan incomparable como Laponia y su sol de medianoche. Aunque no se vean las estrellas, se puede observar al milímetro cada grano de arena, y cuando te sientas en ella, todo es tranquilidad y sosiego al sentirse observado y seguro.
 Y es que tomar el aire nocturno no tiene parangón y es el deporte preferido de la mayoría de nosotros los lugareños. Y no vayan a pensar que es por la economía perdida, ¿quien no conoce eso de que aquí en Cádiz hay mucho desempleo, pero que los bares están siempre llenos…?. Es la idiosincrasia del gaditano. Somos personas que disfrutan y gastan lo poco que poseen, contribuyendo al mantenimiento del negocio local, aunque hay que ser prudente y no tomarle demasiado afecto a ninguno, ya que muchos suelen cerrar sus puertas prematuramente.
Pero yo quería hablar del verano que vivo y recuerdo, y no ponerme demagógica ni nada por el estilo.
Ya he hablado de la playa, del paseo marítimo, de los bares,… ¿Qué me queda?... Iré pensándolo por si hay una nueva entrada.

7 comentarios:

  1. Me ha encantado la Gades con su botellita y luego esa narradora bucólica. Y como no, la palabra demagogia me ha llegado.... En fin que estaremos al tanto de las nuevas historias del dibujante barbudo y la narradora rubia.

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    1. D. Pretoriano encantado de tenerlo como lector. Un abrazo!

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  2. Olga si estuvieras en la Pérfida Albión en verano seguro que escharías de menos el verano gaditano, incluso a lo más castizo del mismo. Enhorabuena por el blog, me tendréis por aquí a menudo.

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  3. Respuestas
    1. Espero que pronto! Estoy overblogizado, ay oma! Gracias Cristo, un abrazo grande!

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  4. Pretoriano, nada más que con el nombre ya me ha conquistado!! . Ale, te compadezco con el sudor inglés..y Cristo, tus fotacas sí que son geniales!!
    Besos para los 3:-*

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